CUANDO YO CAIGA (Mt 28:20)
Que Dios le bendiga. Yo tengo tantos testimonies para decirles que estaría como para escribir veinte libros o más. Pero quiero ir a algo que me paso ayer mismo. Y como siempre el Señor en mi jardín o en mi patio es que me enseña muchas cosas. Antes he matado muchas serpientes en mi jardín. Pero ayer había un pequeno pajarito. Habia
caído ahí en mi patio, y pues yo le dije a mi esposo déjalo porque tal vez la mama lo dejo ahí. Era tan lindo, amarillito, y cuando yo salí nuevamente al patio había muerto. Y el Señor he me puso, bueno yo lo enterré ahí en mi patio. Y el Señor me hablo a mí y me dijo. Si el cuida de las aves, el va a cuidar de mi también. El me puso a mí para que yo lo enterrara. Y pues así el Señor también me va a poner a mí, a suplir todo lo que yo estoy necesitando. No solo cosas material, porque ya al fin ya voy saliendo de este mundo. Pero si todo lo espiritual.
Y lo que este pajarito me enseño, que yo tengo que estar lista para el momento que yo caiga (muera). El momento que yo caiga, yo tengo que estar lista para La Nueva Jerusalén. Y que tengo que seguir el ejemplo de todos mis pastores que ya han muerto. Como decía nuestro pastor, de los que han fallecido, porque los que están vivos pues no sabemos si pueden fallar. Pero que esas vidas que, todos los que han muerto, ya sabemos por seguro que si están en Monte Sion. Y pues yo quiero que al igual que el pajarito, alguien me vaya a enterrar. Porque mi esposo siempre ha dicho que él me va a quemar a mí, pero yo digo tengo que ser enterrada. Y espero que al igual que el pajarito, yo encuentre también esa mano que va a ponerme bajo de la tierra. Amen, que Dios me les bendiga.
Este testimonio es de una hermana de una iglesia local.
Comentario por el hno. Nelson Cintron:
La hermana dijo en su testimonio, ‘el momento que ella caiga’, refiriéndose a cuando muera. Al igual que el pajarito, se ha visto que las aves del aire tienden caer del cielo cuando van a morir. El tiempo de caer (morir) no tiene fecha segura. Pero si, Dios tiene una fecha señalada para todos los humanos. Para todos los fieles creyentes es de suma importancia como esta nuestra vida espiritual al momento de nuestra partida. Ella dijo el Señor va a suplir todo lo que ella necesita. Esa necesidad era estar lista para entrar a la Santa Ciudad. La biblia dice que, ‘No entrara en ella ninguna cosa sucia, o que hace abominación y mentira; sino solamente los que están escrito en el libro de la vida del Cordero’ (Ap 21:27). Amigo participante, el paisaje bíblico habla de cosas sucias, esto se refiere al pecado. Dios nos ama y no desea la muerte del pecador. El Espíritu Santo nos habla atravez del Apóstol Juan, ‘Si confesamos nuestros pecados, el es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad’ (1Jn 1:9).
También dice el verso estar escrito su nombre en el libro de la vida del Cordero. La biblia nos dice cómo podemos tener el nombre escrito en el libro de la vida del cordero. Esto es creer que Jesús murió por ti en la cruz del calvario y recibirle como tu Señor y Salvador, y ser bautizado, así el Señor escribe tu nombre en el libro de la vida. Tenemos algunas promesas de Dios para estar listos y entrar a la Santa Ciudad. Una es, ‘Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús’ (Fil 19). Este suplir es material como espiritual. Otra promesa y aclamación de Jesús es cuando dijo en la cruz, ‘Consumado es’ (Jn 19:30). La obra de nuestra salvación fue completada y todas las bendiciones y entrada al Reino de Los Cielos fueron provistas.
Aun nuestra perfección como dice, ‘Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados’ (He 10:14). Esa ofrenda es la de su cuerpo en sacrificio vivo y su sangre allí en la cruz del calvario. Así que cuando creemos y no dudamos en su obra redentora, esa fe nos perfeccionara y nos dará entrada a la Santa Ciudad. La hermana dijo que desea tener esa mano de seguridad para enterarla cuando le sea el último día. El Señor nos da confianza para ese último día cuando nos dijo, ‘…… yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amen (Mt 28:20).
Si amigo esa puerta de la Santa Ciudad se puede abrir hoy, no lo deje para mañana. No hay nada seguro en el día de mañana, pero con Jesús su alma queda asegurada. Límpiese de todo pecado, la sangre de Jesucristo el Salvador le puede limpiar. Él le escribirá su nombre en el libro de la vida y sus santas manos le tomaran en el día de su caída (muerte) así como el pajarito del testimonio sus manos le llevara a su lugar de reposo. Que Dios le bendiga.
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En Señor Hno. Nelson Cintron
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